ERRORES DE PROCEDIMIENTO DURANTE LA PREPARACIÓN QUÍMICO-MECÁNICA

                 La solución de NaOCl está disponible en diferentes concentraciones (0.5% al 5.25%). Estudios han demostrado que las capacidades antibacterianas y disolventes de una solución de NaOCl al 5.25% disminuyen cuando la misma es diluída, al mismo tiempo se reducen sus efectos tóxicos. Un irrigante ideal sería aquel que tenga efectos antibacterianos máximos y toxicidad mínima. El NaOCl no reúne estas condiciones.



Se han reportado diferentes orígenes de accidentes con el empleo terapéutico del NaOCl como:
  • La extrusión hacia los tejidos periodontales a través del foramen apical o de perforaciones, 
  • La infiltración directa a los tejidos blandos por confundir la solución con drogas anestésicas
  • Inyección dentro del seno maxilar
  • Salpicadura a nivel ocular
  • Aplicación intravenosa durante un procedimiento de hemodiálisis

Las complicaciones y hallazgos clínicos registradas en estos accidentes fueron:

  • Gusto a cloro
  • Sensación de quemadura
  • Dolor severo
  • Marcado edema de rápido desarrollo
  • Hemorragias
  • Hematomas
  • Necrosis
  • Úlceras
  • Parestesia
  • Alteraciones oculares
  • Cicatrices contráctiles
  • Trismus
  • Infección secundaria y abscesos
  • Barbas reportó un caso de hemorragia cerebral fatal por estimulación del V par craneal y dolor provocado por el NaOCl durante la terapia endodóntica.

                El NaOCl es altamente caústico con un pH de entre 11 y 12.9 lo que explica el daño severo que produce a nivel tisular. Estudios in vitro, han demostrado una extrema citotoxicidad, causada primariamente por la oxidación de proteínas; se han reportado una marcada injuria celular en células endoteliales y fibroblastos, e inhibición de la migración de neutrófilos. En modelos in vivo en animales, se observó el desarrollo de una inflamación moderada a severa y una reacción a cuerpo extraño.

 

                Si el uso del NaOCl ocasiona complicaciones, es importante avisar al paciente la causa de su afección e instaurar rápidas medidas profilácticas y un adecuado tratamiento, evitando el retraso del comienzo de las mismas.

Se ha establecido un protocolo de tratamiento que incluye:

  1. tratar de succionar el exceso de solución que haya quedado a nivel tisular y/o diluirlo mediante lavados con solución salina fisiológica
  2. iniciar una terapia paliativa y protectiva mediante la administración de
    1. analgésicos para el control del dolor (3 a 7 días)
    2. antiinflamatorios para el control del edema (2 a 3 días)
    3. antibioticoterapia de profilaxis para evitar infecciones secundaria o terapéutica para controlar la posible diseminación de la infección existente (7 a 10 días)
  3. explicar al paciente las posibles complicaciones y el probable tiempo de recuperación
  4. la fisioterapia consistirá en la aplicación de frío local durante las primeras 6 u 8 horas, procediendo luego a la realización de buches con agua tibia y sal para mejorar la cicatrización.
  5. control posoperatorio riguroso, debiéndose hospitalizar al paciente si sus signos vitales se encuentran alterados
  6. de ser necesario debridamiento quirúrgico de los tejidos necrosados, que permitirá el drenaje y la realización de lavados
  7. evaluar la restaurabilidad y pronóstico del diente involucrado, antes de decidir su extracción como estrategia de tratamiento frente al daño provocado por el NaOCl

Para la prevención de las complicaciones es necesario cumplir con una serie de pautas:


  1. Utilizar aislamiento absoluto siempre
  2. La aguja de irrigación debe entrar holgadamente en el conducto y debe quedar hasta 2 a 3 mm cortos, con respecto a la longitud de trabajo
  3. Irrigar lentamente, sin ejercer excesiva presión
  4. No utilizar NaOCl en casos clínicos riesgosos: ápices inmaduros, resorciones patológicas, perforaciones accidentales
  5. Tener precaución en los pacientes que manifiestan alergia a los productos de limpieza clorados
  6. En caso de cargar los cartuchos anestésicos con solución de NaOCl, con la finalidad de facilitar la irrigación de los conductos radiculares por el grosor mínimo que presentan las agujas desechables tipo carpule, los mismos deben estar correctamente identificados.

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